jueves, 2 de febrero de 2017

La chica del charco, capítulo 4

Después de la escuela, salí corriendo hacia la biblioteca, no me paré ni a oír los comentarios tan brillantes de mis compañeros.

Por el camino pensaba si una vez que Princesa se adaptara a nuestro mundo, podría ser feliz.
No creo, si era yo que era humana, que iba a la escuela y me tenían manía simplemente por no ser de nacimiento del pueblo, cómo podría vivir ella tranquila y sin tontos que no la insultaran.

Con la mente en mis pensamientos casi se me pasa desapercibido una pequeña rana cerca de la alcantarilla.
¿Qué hará ahí?
Seguro que algún niño o algún padre se habrá cansado de la pequeña rana y la habrá tirado en la alcantarilla y ella muy lista se ha vuelto a salir.
Seguí mi camino, pero me paré en seco.
¿Y si se la llevo a Princesa?, seguro que le encantará, además el charco es genial para una rana.
Lo que es raro es que ese charco nunca se seca del todo y no hay peces, ni renacuajos, sólo Princesa.

Me llevé todo el camino pensando en aquello hasta que me topé de pleno con la biblioteca, un edificio viejo, raído, no tenía nada en especial, era como una casa cualquiera con un letrero de madera casi podrido donde ponía Biblioteca es un rojo despintado.

Intenté entrar y la puerta estaba cerrada.

- ¡Venga yaaa! ¡No es posible que esté cerrada!

Volví a forzar la puerta y nada, casi lloro, hasta que me dí cuenta que un poco más arriba de mi cabeza había un papel pegado con celo casi sin pegamento donde con una letra muy elaborada decía así;
"Por favor llamen a la puerta para entrar a la Biblioteca. Atentamente Lucía Cresal"

Supuse que sería la bibliotecaria.

Llamé a la puerta y esperé, pasó un minuto y nadie abría, volví a llamar y volví a esperar, entonces oí unos pasos sin mucha prisa.
Me abrió una mujer de unos 50 años, alta y desgarbada, con la típica gafas dejada caer sobre la punta de su nariz, pensé, "es igual que las bibliotecarias de las películas"
Con una voz muy suave y dulce me preguntó;

- ¿Qué desea?
* Hola buenas tardes, me gustaría buscar libros en la biblioteca.
- ¿Buscas alguno en especial?
* No, sólo quería mirar un poco

Pensé para mis adentros, que era un poco rara, vengo a la biblioteca para mirar libros, si buscara alguno en concreto me lo compraría... o no, seguro tendría que venir a buscarlo aquí.

La tal Lucía me miró por encima de sus gafas y me dijo;

- Entra, pero sin hacer ruido, que esto es una biblioteca y tiene que haber silencio.

Cuando entré vi que no había nadie, ¿Para qué tanto silencio si solo estaba yo?, bueno, supongo que es la norma general para todas las bibliotecas.

La bibliotecaria se paró y me dijo;

- Nunca te he visto por aquí, jovencita, yo me llamo Lucía, soy la bibliotecaria, ¿A quien tengo el gusto de conocer?

* Emm, hola yo me llamo Elinne y es la primera vez que entro aquí.

- Entonces te enseño un poco por encima como están catalogados los libros.

*De acuerdo, gracias.

Me llevó por pequeñas habitaciones donde estaban catalogados los libros, me estuvo diciendo donde estaba cada género, me comentó que si buscaba algún libro en concreto y no lo encontraba que hablara con ella, que si no lo tenía allí lo intentaría buscar para agrandar el género de la biblioteca.

Llegamos a una habitación bastante amplia, donde había mesas y silla, pensé que sería donde poder leer y estudiar.
Y acerté.

- Aquí está la sala de estudio y lectura, puedes coger los libros que quieras y leerlos aquí, yo estaré en esa pequeña habitación, si necesitas algo no dudes en venir a preguntarmelo.
* Gracias señora Cresal.
- No me llames señora, y tampoco te dirijas a mi por mi apellido, llámame Lucía, ¿de acuerdo Elinne?
* De acuerdo Lucía.

Me fuí sonriendo a una de las pequeñas habitación donde se podía ver un cartelito que así ponía; "Mitos y Leyendas", "Cuentos" y "Fábulas".

Entré en la habitación y empecé a mirar, no sabía por donde empezar, ¿Le pedía ayuda a Lucía?
Mejor echo un vistazo por encima a ver que encuentro, creo que no llegaré a la merienda.

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