Esa foto, esa foto que guardas y atesoras porque te la hicieron distraída y eres tu 100%.
A todos nos gusta que nos hagan fotos, digamos al resto del mundo que no, y si nos cogen distraída más nos gusta emocionalmente, me explico.
Te puedes preparar, peinar, maquillar, poner caritas y hacerte un selfie, en mi caso un selfie, pues sí, nadie suele decirme, espera, te hago la foto.
Nadie nunca me hizo fotos distraída, como, no sé, andando, comiendo, de charla, durmiendo, bueno, sí, mi hermana, gracias a ella tengo algunas fotos donde me la hicieron por hacerla, no porque la pidiera o fuera la foto de rigor que tocaba.
Muchos años y me doy cuenta que nunca le dieron por hacerme una foto porque sí, porque importo a alguien y desease una foto mía sin tener que salir la persona en cuestión.
Me gusta hacer fotos, y me gusta hacerme fotos, y sobre todo captar los mejores momentos.
Pero esta persona renuncia a hacer fotos en esos momentos donde creen que nadie los ve y donde mejor salen.
Ser la prota de una sesión de fotos así porque sí, un sueño.
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