Hace ya bastantes años trabajaba en un hotel, en uno de los muchos en los que he estado, de camarera de pisos que, para que os hagáis una idea, era la que limpiaba las habitaciones. Donde estaba trabajando era un hotel más bien para familias, donde la estancia mínima era de una semana, era muy barato e incluía comida y clases de esquí.
Un día llegó una familia de italianos compuesta por un matrimonio de una edad ya madura y sus dos hijas veinteañeras.
Era una fecha donde había mucha clientela, no dábamos abasto para limpiar las habitaciones y, casualidades de la vida, las habitaciones que habían pedido (unas que se comunicaban) aun no estaban listas ya que los anteriores clientes se habían marchado muy tarde.
Ese fue el primer pollo que nos comimos de dicha familia, se le explicó lo sucedido y pedíamos un poco de comprensión y paciencia, que estaban limpiando la habitación lo más rápido posible.
Por lo que se ve eso les jodió mucho.
Debían de pensar que pagar una mísera cantidad de dinero por una semana de estancia, con buffet libre todo el día y clases de esquí, les daba derecho a pensar que estaríamos detrás suya para lamerles el culo, creyéndose que eran descendientes de Al Capone.
Como no, me tocó la limpieza diaria de su habitación.
Primera entrada:
No toco la habitación, me doy la vuelta y doy parte a la Gobernanta del Hotel. Me comunica que la limpie, que les llamará la atención, pero que si al día siguiente siguen igual, me daba orden de no tocar nada hasta que se marcharan. Acato las ordenes, limpio, y al día siguiente las habitaciones están igual.
Me cojo mi carrito, me doy media vuelta y no vuelvo a entrar.
Cuando terminan su estancia, y antes de que dejen el hotel, tenía que mirar como dejaban las habitaciones.
Sorpresa:
Eso que ahora mismo recuerde, si me acuerdo de algo más lo agregaré.
Pues por ser tan listos y tan chulos, se comieron un mojón.
Al ver las habitaciones así llamé inmediatamente a la Gobernanta, que fue corriendo, apuntó todo lo ocurrido e hizo fotos.
Se les retuvo en recepción y se les enseñó las fotos, así que tuvieron que pagar la estancia, los destrozos y una multa, ademas de ponerles un punto negro en todos los hoteles de la misma cadena como personas “non gratas”.
Tuvimos que limpiar la habitación en plan control de plagas entre cuatros trabajadoras.
Un día llegó una familia de italianos compuesta por un matrimonio de una edad ya madura y sus dos hijas veinteañeras.
Era una fecha donde había mucha clientela, no dábamos abasto para limpiar las habitaciones y, casualidades de la vida, las habitaciones que habían pedido (unas que se comunicaban) aun no estaban listas ya que los anteriores clientes se habían marchado muy tarde.
Ese fue el primer pollo que nos comimos de dicha familia, se le explicó lo sucedido y pedíamos un poco de comprensión y paciencia, que estaban limpiando la habitación lo más rápido posible.
Por lo que se ve eso les jodió mucho.
Debían de pensar que pagar una mísera cantidad de dinero por una semana de estancia, con buffet libre todo el día y clases de esquí, les daba derecho a pensar que estaríamos detrás suya para lamerles el culo, creyéndose que eran descendientes de Al Capone.
Como no, me tocó la limpieza diaria de su habitación.
Primera entrada:
- Sábanas manchadas de café y demás mejunjes.
- Sábanas tiradas por los suelos.
- Media cortina descolgada.
- Y papel higiénico usado por los suelos del baño.
No toco la habitación, me doy la vuelta y doy parte a la Gobernanta del Hotel. Me comunica que la limpie, que les llamará la atención, pero que si al día siguiente siguen igual, me daba orden de no tocar nada hasta que se marcharan. Acato las ordenes, limpio, y al día siguiente las habitaciones están igual.
Me cojo mi carrito, me doy media vuelta y no vuelvo a entrar.
Cuando terminan su estancia, y antes de que dejen el hotel, tenía que mirar como dejaban las habitaciones.
Sorpresa:
- A las sábanas no se le veía el color blanco, tenía todo manchado.
- Las cortinas arrancadas y tiradas por el suelo.
- La moqueta estaba húmeda, miedo nos daba de saber de qué.
- Las paredes manchadas de comida, incluso trozos pegados en la pared.
- Debajo de la cama había platos con restos de comida, moho y a saber que más.
- El suelo del baño lleno de papeles con mierda, pero de no haber usado la papelera en toda la semana, así que imaginaos.
- Manchurrones de mierda en la pared restregados con un papel.
- El váter atascado por la corteza de medio queso.
- Una toalla con manchurrones sospechosos de color marrón.
- Papeles de mocos por dentro de la cama.
Eso que ahora mismo recuerde, si me acuerdo de algo más lo agregaré.
Pues por ser tan listos y tan chulos, se comieron un mojón.
Al ver las habitaciones así llamé inmediatamente a la Gobernanta, que fue corriendo, apuntó todo lo ocurrido e hizo fotos.
Se les retuvo en recepción y se les enseñó las fotos, así que tuvieron que pagar la estancia, los destrozos y una multa, ademas de ponerles un punto negro en todos los hoteles de la misma cadena como personas “non gratas”.
Tuvimos que limpiar la habitación en plan control de plagas entre cuatros trabajadoras.
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